Mientras que la 4T promueve y pregona la austeridad varios políticos de morena fueron captados disfrutando de hoteles, antros y restaurantes de lujo en Europa, aunque algunos justifican que fueron pagados con los propios ingresos esto no deja de ser una contradicción con su bandera de austeridad.
La presidenta Claudia Sheinbaum ha enfatizado la importancia de ejercer el poder con humildad. Asimismo, la política de austeridad impulsada en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, que hasta en un momento crítico en materia económica, afirmó que si llegara a hacer ajustes presupuestales, se apretaría más el cinturón el gobierno y no el pueblo.
Sin embargo, recientes revelaciones sobre los lujosos viajes de algunos de sus funcionarios, han generado un debate sobre la coherencia entre la retórica y la práctica.
El caso del Secretario de Educación Pública, Mario Delgado, que fue captado en Lisboa, Portugal, en el Restaurante del Hotel Pousada uno de los más exclusivos de la ciudad europea, en unas vacaciones de verano de ensueño.
Mientras que Ricardo Monreal, estuvo también de vacaciones hospedado en un hotel de lujo en Madrid España, afirmó tener derecho a vacacionar por receso legislativo y con recursos propios.
Pero las críticas que se desataron la semana pasada, también alcanzaron al funcionario partidista, Andrés «Andy» López Beltrán, secretario de Organización de Morena e hijo del expresidente, lo cual fue, particularmente llamativo.
Las fotografías que lo muestran disfrutando de un desayuno en el hotel Okura de Tokio, Japón, un establecimiento de lujo reconocido internacionalmente, contrastan con la imagen de austeridad que se busca proyectar.
Estos viajes han generado preguntas sobre la coherencia entre la política de austeridad y las acciones de los funcionarios.
Si bien algunos funcionarios justifican sus lujosos viajes argumentando que son financiados con recursos propios, es importante recordar que sus salarios provienen del presupuesto público, financiado por millones de contribuyentes.
Una reflexión válida sería preguntarse, si al reducir las altas remuneraciones y prebendas que perciben, podrían seguir costeando viajes de lujo a Europa?
